La Cal y su contribución a las obras de infraestructura vial

Cuando se realiza una excavación es posible identificar visualmente diferentes tipos de materiales tales como arcillas, limos, roca, arenas y muchos otros más, cada uno de ellos tiene características mecánicas/físicas/químicas particulares y están depositados en la tierra según la región del país a diferentes profundidades y espesores de capa. Sin embargo, no todos estos materiales pueden ser empleados directamente en la construcción de los llenos que están presentes en las capas inferiores de las estructuras de pavimento que conforman las carreteras que diariamente transitamos, ya que en su estado natural no cumplen la totalidad de los requisitos normativos para asegurar la calidad de las vías.
En este sentido, la búsqueda de materiales adecuados en una actividad fundamental en la construcción de vías, y aunque transportar materiales siempre es una necesidad de los proyectos, entre más distancia se recorra, mayor serán los costos de ejecución. Es por esto que diferentes ramas de la ingeniera, como la civil, materiales, química, entre otras, han contribuido para diseñar procesos constructivos que permitan hacer uso de los materiales que están disponibles en la zona de influencia del proyecto, pese a no contar con un cumplimiento al 100% de los requisitos normativos.
Uno de estos procesos de ingeniería hace uso de la cal viva (CaO – Oxidi de calcio) para el mejoramiento de ciertas propiedades de los suelos. Este proceso requiere de una fase de diseño en laboratorio para realizar un ejercicio investigativo que permitirá determinar el desempeño del suelo en su estado natural y los cambios que sufre al emplear diferentes porcentajes de adición de cal. Uno de los métodos más empleados para determinar el porcentaje óptimo de cal es partir de la medición del pH del suelo (que deberá estar alrededor de 12.4) y del ensayo de compresión inconfinada que consiste someter muestras cilíndricas del material a cargas mediante prensas especiales. Su implementación tiene como factores clave: el tipo de suelo, el tipo de cal a emplear, la dosificación óptima según la necesidad, el proceso de mezclado que asegure la homogeneidad del material, el proceso de compactación y finalmente su proceso de curado controlando la humedad mediante sistema de riego.
El uso de la cal nos brinda entonces varios beneficios para el proceso constructivo, bien sea que se realicen tratamientos de mejoramiento o de estabilización del material a emplear. Así es como un producto que tradicionalmente ha sido empleado en los hogares para actividades que van desde la jardinería hasta pintura, aporta su grano de arena para que los materiales empleados en las vías tengan una mayor resistencia, mejoren su comportamiento frente a la humedad y tengamos la tranquilidad de poder recorrer los diferentes rincones de nuestro maravilloso país.
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